Este libro no se atiene a la crónica histórica, ni a la anécdota nostálgica, ni al gracejo conciliatorio que inspira el lenguaje popular del legendario “Barrio Clínicas”.

Se atreve a mucho más y se embadurna en su mìtica, sin preconceptos, dando a luz una ficcón ora intrigante, ora jocosa, hasta cubrirlo todo con una fragancia remota que transgrede lo esperado y predice el desasosiego.

A fuerza de una inocultable melancolía, desnuda con angustia un sueño por momentos delirante, donde desafia el pasado y un mundo que ya no volverá.

Su eterna ilusión y la de sus compañeros, agoniza ante un irremediable final que nunca previeron o tal vez nadie se atrevió a enunciar.

Ante tanta impotencia, le dan ganas de salir a proestar en una manifestación, de pegar carteles, de hablar en cada aula, de sacudir las conciencias como lo hicieron en otros tiempos.

¿Pero no se trata de un sueño?¿Es que acaso no saben que, quienes se atreven a desafiar los sueños, se apagan sin remedio junto a los candiles finales de la utopía?